El virus Ébola pertenece a la familia Filoviridae (género Filovirus). El nombre proviene del río Ébola (República Democrática del Congo), donde fue identificado por primera vez en 1976 durante una epidemia, en la que murió el 85 % de los infectados.
Existen cinco variedades del ébola: Sudán, Zaire, Reston, Côte d'Ivoire (Costa de Marfil) y Bundibugyo. Los tipos Sudán, Zaire y Bundibugyo son los que se han asociado a importantes brotes de fiebre hemorrágica en África.
De momento, el ébola solo está activo en el continente africano, pero constituye una amenaza para la salud global, ya que existe el peligro de que se pueda expandir a otros lugares a través de personas que viajan a zonas en riesgo y vuelven después a sus países de origen.
Síntomas
Este virus es el causante de la fiebre hemorrágica viral del Ébola, una enfermedad infecciosa, altamente contagiosa y muy severa que afecta tanto a animales como a seres humanos.
El virus se transmite al ser humano por animales salvajes y se propaga entre humanos por contacto directo con líquidos corporales infectados como la sangre, la saliva, el sudor, la orina o los vómitos.
En las primeras fases de la enfermedad, los afectados por el virus presentan fiebres de casi 40 grados, fuertes dolores de cabeza, debilidad intensa y dolor de músculos, cabeza y garganta, seguidos de vómitos, diarreas, erupción cutánea, funciones renal y hepáticas alteradas e intensas hemorragias internas y externas.
Aunque los monos han sido una fuente de infección para las personas, se considera que los murciélagos frugívoros, son posiblemente los huéspedes naturales del virus del Ebola en África.
El período de incuvación varía de 2 a 21 días, aunque lo más normal es de 5 a 12 días.
En un lapso de una semana, aparece en todo el cuerpo una erupción, frecuentemente hemorrágica. Las hemorragias se presentan generalmente desde el tubo gastrointestinal, haciendo que el infectado sangre tanto por la boca como por el recto. La tasa de mortalidad es alta, alcanzando el 90 % y los pacientes generalmente mueren por shock hipovolémico por la pérdida de sangre.
Brotes del Ébola en la últimas décadas.
Tratamiento
El virus del Ébola, como todos los virus «calientes», no tiene cura y ningún tratamiento específico. El tratamiento que se utiliza en la actualidad es de sostén, soporte cardiopulmonar y de medicina intensiva, teniendo en cuenta el aislamiento del paciente y la protección de riesgo biológico para los prestadores de salud. Cuidado extremo con secreciones del paciente ya que es una infección muy contagiosa.
En cuanto a una vacuna, se realizan investigaciones pero éstas se complican porque aún no se conocen todas las proteínas del virus y porque hay sólo cinco laboratorios equipados para trabajar con un virus como este. Se encuentran en EE.UU., Canadá, Rusia, Francia, Alemania.
A pesar de lo que se creyó en un principio, se ha demostrado que el suero consistente en la sangre de los supervivientes al virus no es efectivo en el tratamiento de la enfermedad.
En 1998, Maurice Iwu anunció en el Congreso Internacional de Botánica que el extracto de la fruta Carcinia kola, un árbol de África occidental, utilizado por curanderos locales en otras dolencias, detenía el crecimiento del virus en pruebas de laboratorio. No obstante, a fecha de junio de 2005, aún no se han realizado pruebas con animales o seres humanos.
Medidas de prevención:
-Controlar la infección en animales: aplicando métodos químicos de desinfección utilizando hipoclorito de sodio y otros detergentes de forma regular en las granjas de animales como monos y cerdos. Ante la sospecha de un brote, los animales deben ponerse en cuarentena o incluso sacrificarse.
-Disminuir el riesgo de la infección humana: implantándose campañas de concienciación sobre los factores de riesgo y las medidas de protección frente a ellos. Enfocándose en los siguientes aspectos:
Disminuir el contacto con animales salvajes que pudieran estar infectados como simios, monos y murciélagos. Evitar el consumo de carne cruda.
Empleo de guantes y prendas protectoras para manipular animales.
Utilizar guantes, mascarillas y batas especiales para disminuir el riesgo de transmisión de persona a persona como consecuencia del contacto estrecho con personas infectadas.
Lavarse las manos frecuentemente.
Difundir mensajes de información a la población sobre las características de la enfermedad y de las medidas de control del brote.
-Prevenir la infección en los centros de salud: esto se refiere al uso de medidas de aislamiento y utilización de equipos necesarios (guantes, tapabocas, batas) para reducir el riesgo de transmisión desde los enfermos hacia el personal sanitario.
GUERRA BIOLÓGICA
Es una
forma de combate en la que se emplean armas que contienen virus o
bacterias.
El uso de armas biológicas surge en 1,500 A.C. los Hititas del Asia
Menor enviaron víctimas de la peste hacia tierras enemigas. Los ejércitos
catapultaron cuerpos enfermos en fortalezas sitiadas y envenenado sus
pozos de agua potable. Algunos historiadores sostienen incluso que las 10
plagas bíblicas que Moisés invocó contra los egipcios podrían haber sido
más el resultado de una campaña de guerra biológica, que el efecto de los
actos de un dios vengativo.
La primera mitad del siglo XX vio el uso de armas biológicas como el
ántrax por los alemanes y japoneses, así como el posterior desarrollo de los
programas de armas biológicas en países como los Estados Unidos, el Reino Unido
y Rusia.
El uso de armas biológicas está prohibido por las Naciones Unidas, sin
embargo muchos países (potencias militares) cuentan con este tipo de arsenal en
forma no sólo de bombas sino de otro tipo de agentes de esparcimiento menos
convencionales.
Algunas de las principales amenazas de armas biológicas son: Quimera,
Nipah, Peste Bovina, la Peste, Anthrax, Varicela y Ébola.
OPINIÓN PERSONAL
Respecto al tema científico no hay mucho que opinar. Se trata de un virus sin cura aún existente, que debe investigarse cuidadosamente debido a su rápida infección. Debemos encontrar el método curativo lo antes posible, como nos descuidemos podría acabar afectándonos a todos.
En relación con la política de la película no me parece correcta la actuación de los dirigentes, que teniendo el supuesto antídoto prefieren exterminar a los enfermos creyendo que así también aniquilarán al virus de una forma rápida y eficaz. Pero claro está que es un película y si no contraponen varias opiniones, no hay acción. Aún así pienso que esto puede haber ocurrido en la realidad; quizás no con el Ébola, pero si en otros casos.
Ante situaciones como éstas, el trato justo con los pacientes hubiera sido la aplicación del antídoto en todos los afectados. Y también en los que posiblemente hayan contraído el virus (médicos, científicos, etc. ). Al resto de los ciudadanos les aconsejo que tomen las medidas de prevención citadas anteriormente.
Relacionado con la guerra biológica podría ser un arma de gran calibre y peligrosa para todos, tanto para los portadores como los afectados. Estando de acuerdo con su prohibición, opino que deberían hacer mayor hincapié en su control, ya que algunas de las primeras potencias están dispuestas a utilizarla en un hipotético caso de guerra.